Gabriel Calderón, el fichaje estrella del Real Betis 1983-84, dispara al marco madridista tras haber desbordado al central Metgod.

HISTORIA | El póker de los nuevos

En la temporada 1983-84 el Real Betis derrotó al Real Madrid por 4-1 en el Villamarín, marcando los goles verdiblancos cuatro jugadores que habían fichado esa temporada

Por Manolo Rodríguez

 

El Real Madrid llegó como líder al Benito Villamarín aquella fría noche en que se iniciaba la segunda vuelta del Campeonato de Liga. Sábado 7 de enero de 1984.

Los blancos se habían proclamado campeones de invierno una semana antes al derrotar al Espanyol en el Bernabéu, mientras que los béticos, sextos en la tabla, también habían cerrado con solvencia la primera fase del torneo, ganando con comodidad al Valladolid en Heliópolis. Partido, por cierto, en el que no pudo estar presente Hipólito Rincón, quien en la madrugada previa al choque resultó herido en un ojo al explotarle muy cerca un petardo cuando los béticos se hallaban concentrados en el hotel Oromana, de Alcalá de Guadaira, en plena celebración del Año Nuevo. Ausencia que propició el debut del joven Manuel Palomino, otro de muchachos que meses antes se había proclamado campeón de Copa con el equipo juvenil.

Al Betis lo entrenaba esa temporada 1983-84 Pepe Alzate, un técnico al que avalaban sus cuatro años de serio trabajo en Osasuna y su carácter de hombre metódico y honesto. Un luchador que buscaba consagrarse en la élite y que había llegado garantizando trabajo y disciplina, así como una fuerte apuesta por la promoción de la cantera.

Era también la primera temporada del presidente Martínez Retamero y la verdad es que la cosa iba bien. Los verdiblancos, con el refuerzo principalísimo de Gabriel Calderón, se habían hecho fuertes en casa, donde sólo llevaban cedidos dos empates. Una tendencia que incluso se mejoraría en la segunda vuelta.

Como es natural, la visita del Real Madrid, que entrenaba el mítico Alfredo Di Stéfano, disparó la expectación. Casi lleno en las tribunas, a pesar de que el partido fue retransmitido en directo por TVE.

Dirigió el partido el colegiado catalán Enríquez Negreira y, a sus órdenes, los equipos formaron con las siguientes alineaciones:

Real Betis: Esnaola; Diego, Alex, Mantilla, Gordillo; Ortega, Parra, Cardeñosa, Suárez; Paco (Casado, m.86) y Calderón (Calleja, m.85).

Real Madrid: Miguel Ángel; Bernardo (Juan José, m.53), Metgod (Sanjosé, m.62), Bonet, Camacho; Sanchis, Ángel, Stielike, Martín Vázquez; Juanito y Santillana.

En el palco, hubo amplia concurrencia de personalidades, entre las que destacaban el ministro de Justicia, Fernando Ledesma; el seleccionador nacional, Miguel Muñoz, y el entrenador del Athletic Club de Bilbao, Javier Clemente. 

El partido resultó un festival verdiblanco y, ya para siempre, pasará a la posteridad como el encuentro en el que los cuatro goles de la victoria bética los marcaron los cuatro fichajes más importantes de aquella temporada. El póker de goles de los nuevos.

Cuatro nombres recién llegados que, junto a Gabriel Calderón, eran Mantilla, un duro defensa central procedente del Racing de Santander; el delantero Paco, procedente de la cantera del Real Madrid, que llegó avalado por su buena campaña anterior en el Racing de Santander y el 'Nene' Suárez, un fino centrocampista del Celta de Vigo.

El primer tanto lo anotó el zaguero Mantilla en el minuto 9 al cabecear desde cerca un buen servicio, también de cabeza, de Parra.

El segundo lo firmó Paco con un testarazo preciso a centro extraordinario de Calderón desde la banda izquierda. Corría el minuto 34.

Diez más tarde, Gabriel Humberto Calderón hizo la jugada de la noche. Tras tres regates extraordinarios, soltó un imponente derechazo desde el borde del área que batió sin remisión a Miguel Ángel.

Ya en la segunda parte, en el minuto 64, Cardeñosa filtró un balón maravilloso entre dos defensas contrarios y Suárez, con serenidad, superó la salida del portero.

El único gol madridista, que vistió completamente de morado, lo materializó, ya en el descuento, Juanito de penalti.

Las crónicas dijeron que del Betis, a pesar de las bajas de Rincón y Canito, había ofrecido un inimaginable recital de juego que convirtió al líder en un juguete roto ante la perfecta estrategia de contragolpe verdiblanco.

Alzate saboreó su primer gran aldabonazo en el fútbol nacional –después vendría la victoria por 2-0 ante el Athletic que se proclamaría campeón de Liga-, afirmando que la velocidad y la confianza de su equipo habían marcado la diferencia.

La segunda vuelta comenzaba de manera ilusionante y estaba justificada, pues, la euforia de los béticos. A partir de ese momento, en el Villamarín no se perdió ni un solo punto más y el Betis alcanzó el quinto puesto en la liga y la clasificación para Europa.

Los fichajes de aquella campaña ofrecieron un magnífico rendimiento y, sobre todo, para la posteridad quedó el póker de goles que marcaron aquella feliz noche ante el Real Madrid cuatro de los futbolistas que esa temporada estaban estrenando la camiseta verdiblanca.