HISTORIA | La zurda de Jarni

El internacional croata, un futbolista inolvidable en el Villamarín

En el Real Betis ha habido a lo largo de la historia algunos zurdos extraordinarios. Rogelio, Cardeñosa y Gordillo quizá sean los mejores exponentes. Pero el croata Robert Jarni también debe figurar por derecho propio en ese apartado formidable. Un prodigioso jugador, de enorme recorrido en la banda izquierda y extraordinario golpeo de balón, que jugó en el Real Betis durante 3 temporadas (de 1995 a 1998), dejando tras de sí un recuerdo imborrable en la afición.

Titular indiscutido, disputó con el equipo verdiblanco la Copa UEFA de 1995-96 y la final de la Copa del Rey de 1977, marcando 21 goles en los tres años en que permaneció entre los béticos, algunos de ellos tan recordados como los que le hizo al Compostela, al Kaiserlautern, al Sevilla, al Mérida, o aquel gol olímpico al Celta.

Jarni fue contratado por el Real Betis para cubrir la imponente ausencia de Rafael Gordillo. Procedía de la Juventus de Turín, club con el que consiguió ganar la Liga y la Copa de Italia.

Su debut en partido oficial tuvo lugar el 9 de septiembre de 1995, segunda jornada de Liga, en partido jugado en el Villamarín contra al Real Zaragoza, que concluyó con triunfo verdiblanco por 3-1. La misma noche en que debutaron asimismo Alfonso Pérez, Pier Luigi Cherubino y Óscar Arpón.

En las dos primeras temporadas en el Betis su rendimiento fue imponente, participando en 82 partidos oficiales y dejando constancia de sus portentosas facultades.

En su tercera y última temporada jugó 37 partidos, aunque empezaron a ser del dominio público sus desencuentros con la dirección del club.

En el verano de 1998 el Betis le rebajó la cláusula de rescisión para que pudiera fichar por el Coventry inglés y aunque acudió a la localidad inglesa y se sometió al pertinente reconocimiento médico, cuatro días más tarde, y ante la sorpresa general, fichó por el Real Madrid.

Jarni, y su portentosa zurda, estarán siempre en el imaginario de los béticos. Un futbolista como no hubo muchos en Heliópolis y que en el Mundial de 1998, disputado en Francia, consiguió con Croacia un más que meritorio tercer puesto.