Equipo del Real Betis que disputó la semifinal de Copa de 1976. De izquierda a derecha, de pie: Esnaola, Bizcocho, Biosca, Alabanda, López, Cobo; agachados: Benítez, Rogelio, Eulate, Cardeñosa y Anzarda.

HISTORIA | Cuando el Real Betis eliminó al Valencia

En 1976 los verdiblancos superaron en octavos de final de Copa al equipo de Mestalla al ganar por 2-0 en Heliópolis y mantener la ventaja en el choque de vuelta

Por Manolo Rodríguez

 

Es sabido que al Real Betis no se le ha dado bien el Valencia en la Copa. Se han enfrentado en siete eliminatorias y sólo una vez consiguieron imponerse los verdiblancos. Incluso antes de todo eso, en 1928, ya se habían visto las caras en una liguilla previa a los cuartos de final, acabando el partido de Valencia con empate y el del Patronato con victoria forastera.

En esos enfrentamientos a lo largo de diversas épocas (que se jugaron bajo el nombre de Copa del Rey Alfonso XIII, Copa del Generalísimo y Copa del Rey) el gran lastre estuvo siempre en el campo rival, donde no hay contabilizada ni una sola victoria verdiblanca. Todo lo más, un empate a cero en 1971, aquella temporada en la que el Valencia se proclamó campeón de Liga y el Betis fue el mejor de Segunda.

Quizá por ello, deba recordarse con satisfacción la única vez que el Real Betis consiguió superar al Valencia en la Copa. Fue en la edición de 1976. En los octavos de final. El equipo dirigido por Ferenc Szusza había eliminado en la ronda previa al Real Valladolid, entonces en Segunda, y Julio Cardeñosa le había metido el primer gol de su vida al club en el que se había formado.

El partido que abrió la eliminatoria contra el Valencia se disputó en Heliópolis el miércoles 10 de marzo de 1976. Son bajas obligadas el bético Ladinszky y los valencianistas Rep y Keita. Los tres están inscritos en la Liga española en calidad de extranjeros, pero en la Copa no está permitido que intervengan. Por lo demás, Szusza no tiene más ausencias reseñables. Cardeñosa arrastra unas molestias musculares, aunque llegará al encuentro.

En aquellas fechas, el Betis está mejor que el Valencia en el campeonato liguero. Cinco puntos por delante. Han jugado ya entre ellos los dos partidos del torneo y en ambos salieron ganadores los verdiblancos: 0-1 en el Luis Casanova y 2-1 en Heliópolis.

Los valencianistas no viven sus mejores momentos (Mestre ha relevado en el banquillo al yugoslavo Milosevic) y quizá por ello Ferenc Szusza declara en las vísperas que un 2-0 sería un resultado formidable. Y exactamente ese es el que registra el marcador del Villamarín cuando concluye el choque de ida. Un gran paso para la clasificación.

El partido se juega en una fría noche de Cuaresma. Más de media entrada en los graderíos y arbitraje del castellano Lamo Castillo. Las alineaciones son las siguientes: 

Real Betis: Esnaola; Lobato, Biosca, Iglesias, Cobo; López, Rogelio (Alabanda, m.60), Cardeñosa; Eulate, Mendieta (Benítez, m.69) y Anzarda.

Valencia CF: Balaguer; Tirapu, Barrero, Jesús Martínez, Cerveró; Claramunt, Saura, Planelles; Teca, Quino y Ferrer Díaz (González, m.60).

El encuentro lo domina el Real Betis en todo momento. Tiene ocasiones desde el principio, aunque los goles sólo llegan en los minutos finales de cada tiempo. Ambos llevan la firma de Pepe Eulate, un muchacho de 20 años, debutante reciente, que en esa campaña había sido cedido al Jerez Industrial, entonces en Tercera División, de donde hubo de retornar precipitadamente ante la plaga de lesiones que diezmaron al equipo en la primera vuelta.

Eulate se había estrenado como goleador un par de meses antes y esa noche, sin duda, redondeó su mejor actuación con la camiseta verdiblanca. Hizo dos tantos que valían su peso en oro y se reveló como un delantero de plena garantía que lo mismo podía actuar en el eje del ataque que en la banda derecha.

El Valencia, excesivamente defensivo y temeroso, decepcionó rotundamente. Quino, un nombre de peso en la historia bética, pasó desapercibido en el que, por cierto, fue su último encuentro en Heliópolis con el Valencia, club al que había sido traspasado por el Real Betis en 1971.

El choque de vuelta de la eliminatoria se jugó en el Luis Casanova (nombre que tuvo el actual estadio de Mestalla de 1969 a 1994, en memoria de un antiguo presidente valencianista) casi un mes más tarde, el 7 de abril de 1976, en puertas de la Semana Santa.

El Betis se concentra en el hotel Sidi Saler y allí Szusza toma la decisión de darle la titularidad en la portería al veterano García Fernández, ya que Esnaola se halla aquejado de un golpe en el hombro derecho que obligó a su sustitución el domingo antes en el Vicente Calderón. Quien sí se incorpora al equipo es el delantero paraguayo Celso Mendieta, ausente por lesión en las últimas jornadas.

En Valencia los ánimos están muy bajos. Quizá por eso, Mestalla sólo registra media entrada. El Betis viste su camiseta habitual con calzonas negras. Arbitra José Emilio Guruceta, el colegiado más estelar de la época, y los equipos salen con los siguientes hombres:

Valencia CF: Basauri; Tirapu, Cerveró, Jesús Martínez, Cordero; Claramunt, Saura, Ferrer Díaz (González, m.54); Sancayetano (Teca, m.76), Quino y Valdez.

Real Betis: García Fernández; Cuiñas, Biosca, Sabaté, Cobo; López, Alabanda, Cardeñosa (Blanco, m.79); Benítez, Mendieta (Eulate, m.84) y Anzarda.

A los 5 minutos abre el marcador el Valencia. Tiro lejano de Valdez que entra por la escuadra. Dos minutos más tarde le anulan un gol al Betis. Dominan los de Szusza y el empate llega en el 19. Potente disparo de Anzarda que rechaza el portero local y que manda a la red Mendieta.

Desde entonces, el Real Betis controla el partido, que sólo se anima en los últimos minutos después de que en el 77 se pite un penalti favorable a los valencianistas por mano dudosa de López. Lo transforma Claramunt y significa el 2-1 final.

Aun así, no hay sufrimiento. El partido acaba en calma y el Betis se clasifica para los cuartos de final de Copa, donde se emparejará con el Espanyol, al que también elimina. Ese año, en la que fue la última Copa del Generalísimo, alcanzará la semifinal y acabará cayendo contra el Zaragoza. La siguiente, la I Copa del Rey, sí que vendrá a Heliópolis para felicidad de todos.

Ahora, en puertas de la ilusionante semifinal contra el Valencia, vuelve al recuerdo aquella lejana eliminatoria en la que se impusieron los verdiblancos en tierras levantinas. Hace ya más de cuatro décadas.

En el deseo estamos de renovar las alegrías.