Eduardo Anzarda, en un partido con el Real Betis.

El Perfil: Eduardo Anzarda

El exjugador del Real Betis cumple hoy 67 años

Eduardo Anzarda Álvarez es, sin duda, uno de los nombres más destacados del Real Betis en la época contemporánea. Un prodigioso goleador que dejó en Heliópolis la impronta de su frialdad, de su extraordinario oportunismo y de su enorme eficacia en el remate.

Nacido en San Javier (Argentina) el 25 de enero de 1949, se inició en las categorías inferiores de River Plate, llegando al primer equipo con 18 años, para luego ser cedido al Unión de Santa Fé. Tras dos exitosas campañas en River fue fichado por el Real Madrid como sustituto de Paco Gento  en el extremo izquierdo del ataque madridista.

Llegó al Bernabéu en calidad de oriundo y jugó con asiduidad durante su primera temporada. Más tarde, contrajo una hepatitis que le apartó de la titularidad, abandonando el Real Madrid en 1973 cuando se abrieron las fronteras para los extranjeros. Curiosamente, quien ocupó su plaza fue Pinino Más, extremo izquierdo titular de River Plate.

En octubre de 1973 fichó por el Real Betis, debutando con el primer equipo en partido oficial el 25 de noviembre ante el Nástic de Tarragona. Su primer encuentro en Heliópolis fue contra el Cádiz, jugando, por cierto, como centrocampista.

Esa campaña culminó con el ascenso verdiblanco y Anzarda firmó ocho goles en Liga y uno en Copa.

A partir de ese momento se erigió en titular indiscutible en el ataque bético durante las tres siguientes temporadas, aunque en la 1975-76 dejó de ser alineado en 12 partidos entre noviembre de 1975 y febrero de 1976 por la polémica existente en ese momento por el 'affaire' de los oriundos. Su situación quedó aclarada definitivamente con su nacionalización en febrero de 1976.

En la campaña 1976-77 se erigió con diez goles en el máximo goleador del equipo en la Copa del Rey que ganó el Real Betis, pero, desgraciadamente no pudo jugar la final contra el Athletic de Bilbao por haberse lesionado de gravedad en la ida de las semifinales en el campo del Espanyol.

No reapareció hasta febrero de 1978 y al final de temporada se vio implicado en un intento de arreglo del partido Betis-Rayo Vallecano, por lo que fue sancionado con 8 meses de suspensión, no pudiendo reaparecer hasta marzo de 1979.

A partir de ese momento fue titular hasta el cierre de la campaña, consiguiendo con el resto de sus compañeros el ascenso a Primera División.

De nuevo en la máxima categoría, jugó muy poco y en febrero de 1980 alcanzó un acuerdo con el club para que se le concediera la baja, volviendo a Argentina, donde aún permaneció cuatro años más en activo, defendiendo los colores del All Boys y del Platense.

Retirado del fútbol, inició en Argentina su carrera como entrenador y dirigió a lo largo de los años a diversos equipos de aquel país.

En 2004, como ayudante del ex jugador bético Gabriel Humberto Calderón, trabajó con la selección de Arabia Saudita y posteriormente en el club saudí Al Ittihad.

En el mes de enero de 2014 volvió al Real Betis, como segundo entrenador de Calderón, permaneciendo en la entidad hasta el final de esa campaña, que concluyó, a pesar de sus esfuerzos, muy negativamente para los intereses béticos.

En sus siete temporadas como jugador del Real Betis, Eduardo Anzarda disputó 165 partidos oficiales (128 de Liga, 35 de Copa y 2 de la Recopa de Europa), marcando 56 goles, 40 en Liga y 16 en Copa.

Para el recuerdo quedará siempre su claridad ante el gol y esa manera singular de pararse en el área, quebrando a porteros y regateando a su sombra. Una facilidad goleadora que labró la leyenda que le acompañó durante toda su etapa como jugador verdiblanco.