Rubén Castro acaparaba todos los flashes antes del encuentro. Sus 95 goles y convertirse en el máximo goleador de la historia del Real Betis merecían un homenaje y el Club y sus compañeros así se lo han reconocido. En su día, Rubén era capitán y no iba a defraudar.

Situaba en el centro del campo Merino a N'Diaye y Xavi. Volvía al 4-4-2 con Rubén y Rennella en ataque. El juego fue espeso por parte verdiblanca en los primeros minutos, aunque tampoco el Mallorca proponía mucho en ataque salvo las contras que lanzaba Marco Asensio que sí eran peligrosas. Sólo en errores béticos el Mallorca inquietaba a Adán, como el fallo de Kadir que arregló Jordi o el pase corto de Molinero que Adán le quitó de los pies a Marco. El Betis ponía en su haber lucha y entrega pero esas imprecisiones en los pases y alguna que otra falta de comunicación hacían que el cuadro heliopolitano no estuviera cómodo sobre el césped. Rennella peleaba todos y cada uno de los balones aéreos que planeaban por campo bermellón. Pero prácticamente era echar una moneda al aire: algunas veces salían cara y otras cruz.

En el minuto 23 cambió la dinámica para el Betis. Se volcó el juego en campo contrario, pero no se generó ninguna ocasión clara y el marcador no se movió. Las intenciones se veían pero las ejecuciones no salían.

Al igual que ocurriese contra el Llagostera, Merino movía el banco nada más iniciarse la segunda mitad. Dani Ceballos sustituía a Cejudo y se colocaba como falso interior zurdo. En una de esas batallas individuales, Rennella controló, se dio la vuelta y disparó pegado al palo. A raíz de esta acción el Betis se animó. Dani Ceballos entraba más en juego pero las pérdidas de balón en la medular le pasaban factura al Betis, aunque el Mallorca iba a recibir de su propia medicina en el minuto 11. Kadir ganaba por anticipación una pelota en el centro del campo y montaba la contra. Rubén lo veía y salía como una exhalación hacia el área. Pelota para el '24' que se inventaba un truco de magia dentro del área, mareaba al defensa y disparaba para que Cabrero se empleara a fondo. Buena parada del meta que no contó con la aportación de Rennella que cogía el rechace y ponía el primero.

La situación del Betis sobre el terreno de juego se estabilizó con el tanto y supo maniatar a Marco Asensio, pero necesitaba un segundo gol para una mayor tranquilidad. Kadir lo intentó en el 23' pero su tiro se marchó desviado, aunque tres minutos más tarde Marco Asensio metía el susto en el cuerpo del Villamarín con un tiro cruzado.

La grada aplaudía la llegada de Molina al banquillo para despojarse de la sudadera. El de Alcoy salía cuando el Mallorca se crecía sobre el verde. Salía por Rennella, ocupando su misma demarcación. Merino con el cambio mandaba un mensaje claro: marcar el segundo. Los lances se abrían para los dos equipos y el Betis no conseguía controlar un partido que se volvía demasiado disputado para los intereses verdiblancos. Nuevamente, desde fuera del área, Joao disparaba con peligro. La réplica bética no se hizo esperar. Rubén se convertía en asistente y le metía un pase a N'Diaye que se encontraba con Cabrero. Muy bueno el partido del franco-senegalés que dominó el centro del campo. Con el 40' ya cumplido, Merino hizo su tercer cambio introduciendo en el campo a Piccini por Kadir. Parecía que el partido iba a morir pero el Mallorca quería tener la última palabra. Javi Ros remataba en el área pequeña y Adán salvaba a los suyos con una espectacular parada que era reforzada con el despeje de Jordi bajo palos. De nuevo Antonio Adán dio la seguridad que los suyos necesitaban en los últimos minutos. El Betis supo sufrir, supo luchar y consiguió su segunda victoria consecutiva en Liga.