HISTORIA / La primera vez que el Betis cruzó el Atlántico

En mayo de 1981 el equipo verdiblanco realizó una gira por Sudamérica que incluyó cinco encuentros que se disputaron en Paraguay, Chile, Ecuador y Perú

Por Manolo Rodríguez

La primera vez que el Real Betis cruzó el Atlántico fue al concluir la temporada 1980-81. Al cierre de una campaña en la que los verdiblancos acabaron clasificados en sexta posición y manifestaron una regularidad ejemplar con 40 puntos y 17 partidos ganados. Aquella fue su primera experiencia internacional fuera de Europa, tras las giras realizadas en 1925 por Alemania y en 1964 por Holanda, Alemania y Bélgica.

Tan recordado viaje tuvo lugar en el mes de mayo de 1981, tras un largo parto que se estuvo planificando durante meses y que primero pareció que lo llevaría a Nueva York para devolverle la visita al Cosmos (equipo norteamericano que en noviembre de 1980 había jugado en Heliópolis el partido que sirvió para presentar la remodelación del estadio de cara al Mundial 82) y más tarde a Argentina para disputar una serie de partidos ante lo más granado del fútbol de Buenos Aires.

Pero finalmente la propuesta elaborada por el agente Fernando Torcal, y aceptada por la directiva del presidente entonces, Juan Mauduit, incluyó cinco encuentros que se disputaron en Paraguay, Chile, Ecuador y Perú.

La expedición bética salió del aeropuerto de San Pablo el jueves 30 de abril, compuesta por 17 futbolistas; el entrenador Luis Carriega; los directivos Gerardo Martínez Retamero y Pablo Belloso; el masajista Vicente Montiel; el utillero Alberto Tenorio y el doctor Ángel Formoso. La gran novedad fue la inclusión del juvenil Prieto y las ausencias más significadas las de López, lesionado, y Benítez, que en esas fechas aún no tenía asegurada su continuidad para la siguiente campaña. 

Por su parte, Carlos Diarte, la gran figura del fútbol paraguayo en aquel momento, viajó con el grupo, pero para incorporarse a la selección de su país, donde lo recibieron como un héroe. Tanto, que al llegar las autoridades paraguayas le regalaron un coche valorado en un millón de pesetas.

Tras un vuelo que incluyó una escala técnica de cuatro horas en Río de Janeiro (donde la expedición aprovechó para hacer turismo subiendo al Monte Corcovado), los béticos aterrizaron en Paraguay, donde disputaron el primer partido de la gira el 3 de Mayo. En el estadio Defensores del Chaco de Asunción. No se alineó Diarte y ganaron los locales por 2-0, con goles de Aquino y Díaz. La primera alineación bética fue la formada por: Esnaola; Bizcocho, Alex, Peruena, Gordillo; Ortega, Parra, Cardeñosa, Casado; Morán (Tello) y Segundo.  

El 7 de Mayo el Betis juega en el estadio Nacional de Santiago contra la selección de Chile. Nueva derrota, esta vez por 2-1, con gol de Parra para los verdiblancos. Biosca fue expulsado por tenérselas tiesas con un jovencísimo extremo llamado Patricio Yáñez, quien años más tarde jugaría en el Betis. Precisamente el "Pato" Yáñez abrió el marcador y Castec lo cerró.

De cualquier modo, la noticia de aquellos días en Santiago fue la detención en Chile de dos militares argentinos a los que acusaron de espías. Cerraron las fronteras, creció la tensión, hubo declaraciones incendiarias y otra vez resucitó el secular pleito limítrofe argentino-chileno por la posesión del Canal de Beagle, litigio que había estado al borde de la guerra en 1979.

Con el miedo en el cuerpo, la expedición verdiblanca viajó a Ecuador donde, felizmente, el jueves 10 de mayo estrenó victoria al imponerse en el estadio Nacional de Guayaquil a la selección de aquel país por 3-1. Los tantos del triunfo bético los materializaron Segundo, Parra y Morán, éste último sensacional en el minuto 90, formando el equipo verdiblanco con los siguientes hombres: Esnaola; Bizcocho, Alex, Peruena (Francis), Gordillo (Gerardo); Ortega, Parra, Cardeñosa, Casado; Morán y Segundo (Tello).

El siguiente partido también lo jugaron los béticos en Guayaquil, el 13 de mayo, siendo vencidos por 1-0 por el Barcelona de aquella localidad, en un partido muy accidentado. Tanto, que el árbitro ecuatoriano Donato González expulsó a Bizcocho, Tello, Alex y Biosca, y produciéndose el hecho anecdótico de que la policía incluso amenazó con detener a Bizcocho y Tello, lo cual provocó una actuación diplomática del consulado español, ya que la expedición bética lo tenía todo preparado para abandonar Guayaquil en cuanto que concluyera el partido.

Para esas fechas ya no se encontraban con el resto de sus compañeros Gordillo y Morán, quienes adelantaron su regreso a España para incorporarse a la selección española que el día 15 de mayo participó en el Bernabéu en el partido homenaje a Pirri. Ambos fueron titulares y Gordillo incluso jugó todo el partido. Un mes más tarde Gordillo y Morán volverían a Sudamérica para realizar con el equipo nacional una gira preparatoria del Mundial 82 que los llevarían a México, Venezuela, Colombia, Chile y Brasil. 

El mejor encuentro de los jugados por el Real Betis en América fue precisamente el último, que tuvo lugar el domingo 17 de mayo de 1981 en el estadio Nacional de Lima. El equipo de Carriega, en un gran partido, derrotó por 3-1 a la selección de Perú, escuadra que sólo unos meses más tarde se clasificaría para la fase final del M-82 celebrado en España.

El público peruano quedó impresionado por el magnífico fútbol de los verdiblancos, elogiando, sobre todo, la calidad de Julio Cardeñosa, el 10 del Betis, al que la prensa sudamericana calificaba como "el Maradona español".

El choque fue dirigido por el colegiado local Pedro Reyes, presentando ambos equipos las siguientes formaciones:

Selección de Perú: Acazuzo; Duarte, Díaz (Malasquez), Chumpitaz, Gutiérrez; Reyna, Olaechea, Caballero (Navarro); Seminario, Uribe y Correa.

Real Betis: Esnaola; Bizcocho, Alex, Peruena, Gerardo; Ortega, Parra, Cardeñosa, Casado (Pozo); Segundo y Tello.

Los goles del triunfo verdiblanco los hicieron Segundo, Alex y Cardeñosa, mientras que Uribe anotó para los peruanos.

Fue el último jalón, a pesar de que en Perú le ofrecieron la posibilidad de jugar algún otro partido. Pero los futbolistas ya no podían más. Por fin, el miércoles 20 de mayo, a las tres de la tarde y trece minutos, regresó la expedición bética a nuestra ciudad tras veintiún días de estancia en Sudamérica. El club cobró algo más de un millón por partido y cada jugador se embolsó cien mil pesetas entre dietas y primas.

La primera gira transoceánica había sido un éxito. Seis años más tarde volvería el Real Betis a tierras americanas para ganar en Uruguay la Copa "Expo 92".