HISTORIA | Cuando las campanas de la Giralda repicaron en honor del Betis

Bajo la presidencia de Juan Mauduit, en 1982 se celebraron las Bodas de Platino del club, cuyo broche final fue un partido contra los "Pumas" de México

Por Manolo Rodríguez

Hace 41 años, en julio de 1979, el Real Betis se hallaba ultimando la contratación del extremo asturiano Enrique Morán. El primer gran fichaje del flamante presidente Juan Manuel Mauduit, quien un par de semanas antes había llegado al cargo doblando en votos a la candidatura de José Luis Fernández Castañón. Un éxito rotundo que lo convirtió en el heredero natural de Pepe Núñez, el prestigioso mandatario que había ganado la Copa de 1977 y que se mantuvo en el cargo durante una década.

Juan Manuel Mauduit Caller, prestigioso abogado, era un hombre de larga tradición en el gobierno del Betis. Conocía bien los entresijos del poder y ya le había rendido importantes servicios a la causa bética. Secretario de la Junta Directiva desde mediados de los 60, incluso llegó a formar parte de un triunvirato que dirigió los destinos del club durante unos pocos meses entre 1968 y 1969. Era natural, pues, su ascenso a la cúspide.

Permaneció en el cargo cuatro años en los que hubo de todo, porque siempre hay de todo en el mundo del fútbol. Apenas estrenar su mandato tuvo la osadía de fichar al entrenador que acababa de dejar el banquillo del eterno rival (Luis Carriega) y las cosas fueron muy bien en lo deportivo durante dos temporadas, con brillantes clasificaciones y excelente fútbol.

Entre una y otra, llegaron las obras de remodelación del Benito Villamarín de cara al Mundial 82 y se abordó la construcción de varios campos de entrenamiento en las cercanías del estadio. El club avanzaba, aunque la deuda contraída para la celebración del Mundial le pasaría factura en los años venideros.

En la temporada 1981-82 aún fueron mejor las cosas. El Betis presidido por Mauduit consiguió clasificarse para la Copa de la Uefa y apenas concluir la campaña afrontó el apasionante reto de conmemorar el 75 Aniversario de la fundación del club, las Bodas de Platino de un sentimiento que ya había navegado por todos los mares.

Cincuenta años antes, en 1932, la entidad celebró sus primeros 25 años con un partido que lo enfrentó al Athletic Club de Bilbao y en 1958 honró sus 50 años -51 para ser exactos- con diversos actos entre los que sobresalía aquel trofeo internacional que no pudo jugarse por mor de las lluvias torrenciales.

Ahora, en 1982, se pretendió ampliar el marco de actuación. Se presupuestaron seis millones de pesetas para la celebración de los actos previstos y ya en el mes de mayo se presentó el cartel conmemorativo, que le fue encargado al artista Juan Ortega Sanz, quien compuso una obra inspirada en el Altar Mayor del Convento de Santa Clara en la que resaltaba el escudo sobre un conjunto de azulejaría trianera.

La Comisión Organizadora la presidió el directivo José Carlos Campos Camacho y en la misma estuvo representada la Junta Directiva, la Junta Consultiva, la Federación de Peñas y los socios de la entidad.

Esta fue la composición de dicha Comisión:

Por la Junta Directiva: José Carlos Campos Camacho, José León Gómez, Rafael Álvarez Colunga, Miguel Espina Martín, Antonio Villegas Merino, Antonio Bustos Rodríguez, Gregorio Conejo Muñoz de Toro y Hugo Galera Davidson.

Por la Junta Consultiva: Juan Petralanda Ochandiano, Diego Vigueras Murube, José Núñez Naranjo, Juan del Nido Borrego, Alfonso Jaramillo González y José Manuel Campos López.

Por la Federación de Peñas Béticas: Francisco Hidalgo Mejías y Manuel Morales Luna.

Y por los Socios: José Gutiérrez Guillén (Secretario de la Comisión), Agustín Macarro García, Juan Moya Sanabria, Joaquín Serrano Pérez, Juan Díaz Alcázar, Valentín Álvarez Vigil, Juan Cortés Hatton, Miguel Gastalver Arteman, Francisco Molina Conde, Manuel Cuevas Caballero y Antonio Moreno Docsión.

Fidelidad ejemplar

El 14 de julio de 1982 el Rey Juan Carlos aceptó la presidencia de honor de la Comisión y el 30 de agosto se iniciaron los actos conmemorativos de las Bodas de Platino.

Esa misma noche tuvo lugar en la Capilla Real de la Catedral una Misa de Acción de Gracias ante la Virgen de los Reyes. Fue oficiada por el arzobispo Carlos Amigo Vallejo y uno de los canónigos concelebrantes fue Manuel Peinado, socio desde muy antiguo del club verdiblanco. Otro bético, el campanero de la Giralda, tuvo la satisfacción de hacer que las campanas de la torre repicaran por tres veces en honor del Real Betis Balompié.

A la misa asistió el  presidente de la Junta de Andalucía, Rafael Escuredo, y a continuación, la delegación bética se trasladó a los Reales Alcázares, donde tuvo lugar una recepción municipal presidida por el primer Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Sevilla, Antonio Rodríguez Almodóvar.

Al día siguiente, en el Colegio de Médicos, el veterano maestro de periodistas, Matías Prats, ofreció una conferencia que vinculaba el nombre del Betis al de la radio española.

El 1 de septiembre, el socio número 2 de la entidad, Joaquín Vázquez Hermoso, descubrió en el estadio Benito Villamarín una inscripción en mármol dedicada a la afición en la que se podía leer la siguiente leyenda: "A quienes ayer, hoy y siempre, con fidelidad ejemplar, supieron y saben ser seguidores en afanes e ilusiones del Real Betis Balompié".

Por la noche, se disputó el partido conmemorativo del 75 Aniversario, que enfrentó al Betis contra la Universidad Autónoma de México, los míticos "Pumas" de la UNAM, que dirigía el incombustible Bora Milutinovic.

El encuentro fue retransmitido en directo por TVE y al mismo acudieron muchos de los mejores nombres de la historia verdiblanca. Allí estuvieron, entre otros, Pepe Valera, Luis del Sol, Rogelio, Paquirri, Espejín, Pepín, Quico Grau, Antonio Pallarés, Valderas, Domínguez, Esteban Areta, Portu, Frasco, Macario, Rafael del Pozo, Bizcocho, y hasta el veterano entrenador Antonio Barrios, el único que ascendió al Betis por tres veces.

El partido no fue bueno, pero tampoco lo exigió nadie. Los verdiblancos se adjudicaron el trofeo en liza ganando por 2-1, con goles de Parra y Rincón.

Arbitró el colegiado sevillano Álvarez Margüenda y los equipos formaron del siguiente modo:

Real Betis: Esnaola; Alex (Diego, m.46), Biosca, Carmelo, Gordillo; Ortega, Parra (Romo, m.66), Cardeñosa, Casado; Diarte (Adolfo, m.75) y Barnes (Rincón, m.58)

Universidad de México: Heredia; Peña, Paolino, Rubio, Luna; Vargas, López Zarza, Castro; Negrete, Amador y Flores (Reina, m.65).

El día 2 de septiembre el programa de actos recogió, por la tarde, una nueva conferencia en el Colegio de Médicos, ofrecida esta vez por José María Cagigal, fundador del INEF y prohombre del deporte español, quien un año más tarde fallecería trágicamente en el terrible accidente acaecido en Barajas al colisionar dos aviones.

Por la noche, tuvo lugar en el hotel Alfonso XIII la cena de honor conmemorativa del 75 Aniversario en la que se homenajeó la figura de Pascual Aparicio, generoso presidente en aquellos años heroicos de la travesía del desierto, que horas antes había tenido la dicha de presidir desde el palco de Heliópolis el partido entre el Betis y la UNAM.

En dicha cena hubo igualmente un reconocimiento, a título póstumo, para Alfonso Alarcón de la Lastra, otro presidente de los difíciles años 40, y para Manuel Simó Mateos, una leyenda del beticismo, quien durante más de cuatro décadas ocupó los cargos de secretario técnico, secretario general, directivo, delegado de campo, consejero en la más verdadera acepción del término, a veces vicepresidente para ocupar huecos imprescindibles y, en ocasiones, presidente de facto para que jamás hubiera vacíos de poder en esa institución a la que sirvió con pasión de militante.

Esa apasionante semana se cerró con varios partidos de equipos de la cantera y para el mes de octubre quedó la celebración de las I Jornadas de Medicina del Balompié, que reunió en Sevilla a 150 especialistas en medicina deportiva, entre los que se encontraban los más prestigiosos médicos de los principales clubes españoles de fútbol.

Una magnífica celebración que, sin embargo, no se vio acompañada por los buenos resultados deportivos. La temporada provocó más desasosiegos que satisfacciones, aunque algunas hubo y muy importantes, como la goleada al Athletic de Bilbao campeón de Liga o el Pichichi de Rincón.

Al final de ese curso, en el verano de 1983, Juan Mauduit abandonó la presidencia y le sustituyó en el cargo Gerardo Martínez Retamero. Detrás quedaban cuatro años con el equipo en Primera y un balance general con más luces que sombras.