Aitor Ruibal, autor del gol del empate en el duelo ante el Real Madrid.

El tiempo de creer en este equipo

Cuatro empates ligueros en el mes de diciembre, a los que se suman la derrota en UEFA Europa League, la eliminación copera y el mal arranque de año en Balaídos.

No han sido las últimas semanas todo lo positivas que hubiésemos querido en verdiblanco. Desde nuestra última comunicación, el balance nos ofrece tres empates ligueros, ante Real Madrid, Real Sociedad y Girona, una derrota liguera, en el estreno de 2024 en Vigo, la eliminación de la Uefa Europa League al caer en Villamarín ante el Rangers FC y la más cercana y dolorosa caída en Vitoria la noche del 6 de enero, que nos deja fuera de la Copa del Rey en la ronda de dieciseisavos de final.

El primero de los partidos objeto de este recordatorio fue el del corajudo empate en Villamarín ante el todopoderoso Real Madrid, que en pocas o casi ninguna fase del encuentro fue superior a los verdiblancos y que celebró las tablas, como así hizo constar el técnico Ancelloti en la rueda de prensa posterior, entre otras cosas porque Isco gozó de una ocasión clarísima cuando el tiempo se acababa para haber ganado un partido que logramos igualar tras un formidable disparo desde fuera del área de Aitor Ruibal.

La siguiente parada fue también en Villamarín, la noche donde parecíamos tenerlo todo de cara para superar la fase de grupos de la Uefa Europa League y donde cosechamos la primera derrota como locales (2-3) en todo lo que va de temporada. Nos valía el empate e incluso nos hubiese servido para terminar como campeones de grupo, pero se dio un partido a contracorriente, donde desperdiciamos muchas oportunidades y siempre remamos a contracorriente. Una verdadera lástima no haber podido cerrar la clasificación y esperemos que nuestra nueva experiencia en la Conference League, cuyo primer rival será el Dinamo de Zagreb, acabe por resultar ampliamente satisfactoria.

De vuelta a la competición doméstica, nos dimos con dos empates que nos dejaron, en general, bastante satisfechos. El primero se cosechó en el feudo realista, ante un equipo que está realizando una enorme temporada, y donde con un poco de aire a favor hubiésemos podido llegar a algo más que un simple pero buen punto. Y apenas unos pocos días después, en jornada intersemanal, último partido oficial del año, pudimos rescatar otro punto en las postrimerías ante el sorprendente líder, Girona FC, quien ha ganado 14 de los 19 choques de la primera vuelta. No fue cuestión de salir felices del estadio, pero sí, al menos, con la sensación de que el equipo compite y pelea hasta el final.

Empezábamos 2024 con todas las ilusiones puestas en un buen arranque de año, pero nada más lejos de la realidad. El estreno liguero, en Vigo, comenzó de la mejor de las maneras, adelantándonos en el marcador en los minutos iniciales ante un Celta que está realizando una campaña decepcionante. Todo parecía ponerse de cara hasta que un penalti puso el empate y ya todo comenzó a igualarse para menos. No es que el equipo no buscase el gol del triunfo ni que cometiese errores groseros en defensa, pero en la parte final del descuento, una desaplicación en campo contrario acabó convertida en un contragolpe letal que dejó los tres puntos en Galicia y la sensación de que deberíamos mejorar mucho para salvar el evite copero, única eliminatoria entre equipos de Primera, apenas unos días después en Vitoria, donde?pasó lo que pasó y lo que todos pudimos ver: eliminados tras disputar, probablemente, el peor partido, de lejos, de la era Pelligrini, dejándonos como única nota positiva el buen debut de Mendy.

Como en tantas otras ocasiones, algunas no demasiado lejanas, no queda otra que mirar hacia adelante, confiar en los profesionales que tantas alegrías nos han dado y esperar que vuelva a afinarse la orquesta verdiblanca. Queda mucha temporada por delante y debemos jugar nuestras cartas para que la temporada próxima sea la cuarta con presencia verdiblanca en competiciones europeas.