El diario AS y el resto de periódicos de Madrid se rinden al juego del Real Betis. Un ciclón.

HISTORIA | El 0-4 en el Calderón

Por Manolo Rodríguez

 

El Real Betis obtuvo el 8 de febrero de 1981 una de sus más recordadas victorias a domicilio en la época contemporánea. El mítico 0-4 ante el Atlético de Madrid en el estadio Vicente Calderón. Un triunfo que forma parte de la mejor historia bética. Una victoria tan incontestable que la prensa de Madrid se rindió por completo a los verdiblancos. Sin escatimarle un elogio, sin negarle un adjetivo. El Betis arrasó en el Calderón con un fútbol exquisito que todavía se recuerda.

Dirigidos por Luis Carriega, los verdiblancos llegaron embalados a este partido. Hacía siete semanas que no conocían la derrota y en las últimas jornadas habían conseguido dos victorias de prestigio, goleando por 2-4 en Las Palmas y derrotando por 1-0 en Heliópolis a la Real Sociedad, el equipo que meses más tarde se proclamaría campeón de Liga.

El Atlético de Madrid, por su parte, era el líder de la clasificación con tres puntos de ventaja sobre el Valencia y aún no había perdido ni un solo partido en su estadio. Aquel Atlético lo presidía el polémico doctor Alfonso Cabeza (famoso por sus excentricidades y sus permanentes enfrentamientos con los árbitros) y lo entrenaba José Luis García Traid, un viejo conocido de la afición de Heliópolis que en la campaña 1978-79 se había sentado en el banquillo bético.

En las vísperas, el único contratiempo en la plantilla verdiblanca es la lesión del líbero paraguayo Carlos Peruena, que viene siendo titular indiscutible en el eje de la zaga. Carriega tampoco puede contar con Biosca y, por ello, toma una decisión valiente: armará el centro de la defensa con Alex y Francis, dos jóvenes futbolistas que han jugado muy poco esa temporada. Alex apenas ha disputado siete partidos y Francis sólo se ha alineado una vez.

Tranquiliza saber que estos jóvenes (Alex tiene 23 años y Francis, 20) estarán flanqueados en los laterales por Bizcocho y Gordillo y que de mediocampo hacia adelante contarán con la vieja guardia, a la que se ha sumado de manera definitiva en los últimos meses el prometedor canterano Joaquín Parra, que aún no ha cumplido los 20 años.

Con esta mezcla de veteranía y juventud viaja el Betis en avión la tarde del sábado. A las seis y media. Se hospeda en el Meliá Princesa y allí aguarda el momento de acudir al Manzanares. El domingo al mediodía, mientras que hacen tiempo para el almuerzo, algunos jugadores entran en un bar cercano al hotel. Allí toman unas cervezas y unos pinchos. Carriega, cuando se entera, se enfada muchísimo. No le gusta que nadie se aparte de su guión, que exige concentración y retiro.

A las cinco de la tarde, el Calderón roza el lleno. Más de 55.000 personas se dan cita en el estadio, donde, como siempre, se hace oír una nutrida representación bética.

Es la jornada 23 del torneo liguero y arbitra el vizcaíno Ernesto de Burgos Núñez (padre del actual colegiado Ricardo de Burgos Bengoechea), el mismo, por cierto, que había dirigido meses antes el 1-3 del Betis en Barcelona. A sus órdenes, los equipos presentan las siguientes alineaciones:

Atlético de Madrid: Aguinaga; Sierra, Julio, Arteche, Julio Alberto; Ruiz (Leal m.53), Quique, Dirceu; Villalba, Rubén Cano y Rubio.

Real Betis: Esnaola; Bizcocho, Alex, Francis, Gordillo (Gerardo m.87); Ortega, López, Cardeñosa, Parra; Morán y Diarte (Segundo m.87).

El Betis impone su fútbol y a los 31 minutos Morán abre el marcador tras fusilar por bajo a Aguinaga. Como estaba previsto, el partido enfrenta dos estilos muy definidos. De una parte, la fortaleza física del Atlético y, de otra, el juego talentoso y creativo de los verdiblancos. Un fútbol lleno de imaginación y fantasía que en la segunda mitad se desborda en el Manzanares. Un recital prodigioso del Real Betis que borra del campo al líder, lo somete y lo golea. Un escándalo de partido.

El 0-2 sube al marcador a los 67 minutos. Brillante jugada de Parra que culmina de nuevo Morán. El 0-3 llega cuatro minutos más tarde. Acción individual de Diarte, que concreta el paraguayo con un disparo inapelable. El último tanto se produce en el minuto 82 y lleva de nuevo la firma del Lobo, quien, tras varios regates, se planta en solitario ante el portero rojiblanco.

El estadio enmudece y sólo se oyen los gritos de los béticos. La victoria es tan incontestable que la afición rojiblanca ni siquiera es capaz de reaccionar. Caras serias y una indisimulada admiración por lo que acaban de verle al Betis. Un sentimiento del que participa la crítica madrileña, que se entrega al partidazo bético.

El diario As publica que "la velocidad y el orden de los verdiblancos, su gran juego de conjunto, con balón y sin él, su técnica y su ritmo se tradujeron en una auténtica exhibición". Y el  Marca escribe que ¡el triunfo fue para un Betis sensacional, insólito y jaleado, que realizó un gran juego al que el marcador hizo justicia'.

En la prensa de la tarde del lunes, el diario Pueblo titula con un significativo "Olé por el Betis", al tiempo que hace constar que "la superioridad bética fue tan absoluta que mereció una mayor goleada a su favor".

Finalmente, el también vespertino Diario 16 abrió su cuadernillo deportivo señalando que "al Betis le sobró hasta el portero" y en la crónica dijo cosas tan elocuentes como que "el Betis hizo ayer tal demostración en el Manzanares que su partido debiera ser de visión obligada no sólo para las categorías inferiores, juveniles incluidos, sino también para todos los equipos de Primera. Fue un fútbol de otra galaxia, algo maravilloso. Un regalo para los ojos. Gracias, Betis".

La prensa sevillana también se rinde a los prodigios verdiblancos. En portada, El Correo de Andalucía afirma que "El Betis arrasó al líder" y su crónica la titula: "El Betis, sencillamente maravilloso". Por su parte, el diario ABC destaca en primera página: "Lección de fútbol del Betis" y en el interior titula con vehemencia: "Los de Carriega formaron el alboroto. En el Vicente Calderón, ante el líder, Betis, Betis, Betis… y Betis".

Una satisfacción que ya se había vivido en la caseta verdiblanca, donde la euforia fue absoluta. Luis Carriega dij oque "nunca en mi vida he visto jugar de esta forma" y, con sarcasmo, le comentó a los periodistas: "No le deis más vueltas. Hoy los chicos han sacado el libro y se han puesto a enseñar. Se han pasado, de verdad. Ante esto, sólo queda descubrirse y esperar que se repita".

El mejor sobre la hierba fue Julio Cardeñosa. El diario As, que puntuaba con tres ases las actuaciones sobresalientes, le concedió ese día al centrocampista bético… ¡cuatro ases! El único desconsuelo del vallisoletano fue que, al llegar a la caseta tras el encuentro, comprobó que le habían sustraído un valioso reloj que le regaló en su día la Federación Española de Fútbol.

Y en el viaje de vuelta se habló mucho de las cervezas y los pinchos de la mañana del partido. Hubo quien propuso que lo repitieran en cada desplazamiento. Que había sido una señal de buena suerte. Carriega sonrió, pero, evidentemente, no le hizo mucha gracia.