Paco, un ejemplo de que los sueños se cumplen, sin importar el tiempo que tarde
Paco es un ejemplo conmovedor de resiliencia y superación. Al nacer, los médicos apenas le daban "tres horas de vida", pero, a base de esfuerzo, una inquebrantable alegría y una profunda empatía por los demás y por su club, ha logrado desafiar todos los pronósticos y llevar una vida plena a sus 40 años. "El fútbol me ha dado la vida", confesaba con una emoción desbordante.
Paco es una figura esencial y muy querida en su club, donde gestiona las redes sociales y es el primero en echar una mano en todo lo que puede. La conexión con los más jóvenes es palpable: la ternura se respiraba al ver cómo los niños le demostraban su afecto, charlaban con él y le trataban con una naturalidad y un respeto que él devolvía con el mismo cariño y cuidado.
Esa bondad incondicional inspiró a los chicos a devolverle el favor por todo lo que hace por ellos. Tenían algo preparado que no podía esperar. Invitarle a ver un partido del Betis por primera vez en su vida, en este caso el Betis - Atlético de Madrid.
Durante la sorpresa y el camino hacia la puerta de entrada del estadio, Paco no podía contener la emoción; los resoplidos nerviosos eran constantes. Su corazón latía a un ritmo frenético y eso era palpable.
A pesar de sus muchos años vinculado al deporte, ya fuera en equipos de la ONCE o en su club actual. Debido a sus dificultades personales, económicas y de una ceguera que le impedía desplazarse solo, Paco nunca había tenido la oportunidad de vivir un partido de fútbol profesional en directo, de pisar un estadio de primer nivel. Por eso sus niños y su club quisieron tener este detalle con él.
Al entrar en el Estadio La Cartuja, Paco no sabía donde mirar, la euforia recorría todo su cuerpo. Mientras sus niños solo hacían llamarlo para mostrarle cada uno de los rincones del estadio. "Es una experiencia que no se me va a olvidar en la vida", expresaba totalmente agradecido a su equipo por la sorpresa.
Paco es un testimonio de superación constante. Un bético de corazón que, aunque tuvo que luchar -como sigue haciendo- en su día a día y esperar 40 años para ver a su equipo en persona, jamás ha dejado de seguirlo y apoyarlo por sus propios medios. Y cuando, finalmente, la recompensa viene de gente que te quiere tanto como su club y sus niños, se valora el doble.