Iván Pérez, autor de dos de los goles verdiblancos en la primera victoria del Real Betis ante Olympiacos.

HISTORIA | Cuando el Real Betis le ganó a Olympiacos

Por Manolo Rodríguez

 

El Real Betis no se ha enfrentado nunca a ningún equipo griego en competición europea. Ni en la Champions, ni en la Recopa, ni en la Copa UEFA, ahora llamada Europa League. Debutará por tanto ante Olympiacos de El Pireo en el estadio Georgios Karaiskakis, ese imponente recinto que lleva el nombre de un General del Ejército Heleno, héroe de la Guerra de la Independencia de 1822.

Uno de los únicos trece estadios de Categoría Élite que están habilitados para acoger una final de rango europeo y que se ofrece como el escenario ideal para el arranque de esta nueva aventura continental que emprende el Real Betis Balompié. Otro ilusionado principio que esta vez llega en una tierra ajena a cualquier recuerdo verdiblanco en este tipo de torneos.

Por ello, hay que mirar más allá y buscar en el fútbol amistoso los únicos precedentes que vinculan los nombres del Real Betis y de Olympiacos. Y tampoco son muchos. Apenas un par de ellos, ambos en partidos de verano, de los que el más antiguo ha cumplido ya los veinte años. Demasiado tiempo como para establecer ninguna comparación.

De cualquier modo, merece la pena recordar las circunstancias que rodearon esos antecedentes. En particular, al primero de estos encuentros, disputado en Huelva el 17 de agosto de 1998, partido de consolación del Trofeo Colombino. 

Aquellos tiempos eran tumultuosos en Heliópolis. Movidos y confusos, aunque lo mucho peor todavía estaba por llegar. Tres semanas antes había dimitido inesperadamente el entrenador Luis Aragonés y hacía 14 días que se había hecho cargo del equipo el portugués Antonio Oliveira, jugador del Real Betis durante seis meses y poco brillo en la temporada 1979-80.

También quince días antes había tenido lugar la presentación oficial de Denilson de Oliveira, el futbolista más caro del mundo. Expresó sus mejores deseos (incluso de ganar la Liga), confió en darle buenas asistencias a Finidi y Alfonso, señaló que su aclimatación sería la idónea y negó que pudiera intimidarle su altísimo precio. En fin, las palabras que cabía esperar en un muchacho ilusionado que parecía venir a comerse el mundo. Así lo soñaban también los béticos antes de que el cántaro se rompiera.

De cualquier modo, era un secreto a voces que la llegada de Denilson había pesado mucho en la dimisión de Luis. El técnico pensaba que Jarni (al que iban a traspasar) era bastante mejor que el brasileño y no le hacía gracia que Denilson se incorporara después que los demás debido a sus compromisos publicitarios.

El nuevo entrenador Antonio Oliveira se dejó ver por primera vez en un amistoso en Almendralejo y los futbolistas de la época aún recuerdan entre risas que el portugués se presentó en el hotel con una chaqueta? ¡de color verde fluorescente! El cachondeo, según cuentan, fue mayúsculo.

Iniciados los partidos de pretemporada, empezaron las frustraciones. Cayó derrotado en Vigo en el partido conmemorativo del 75 aniversario del Celta y enseguida acudió al Trofeo Colombino. Debutó contra el Recreativo de Huelva, entonces en Segunda, y el petardo fue sonado. Perdió 1-0 y aquello no le gustó a nadie.

A la tarde siguiente, calurosa por cierto, se encontró con el Olympiacos en la consolación. Los griegos habían perdido 3-1 contra la Real Sociedad, pero la verdad es que tenían muy buen equipo. Estaba claro que se hallaban en rodaje.

Los dirigía el bosnio Dusan Bajevic y venían de ganar la Liga griega, algo habitual en el club de El Pireo (tiene 44 títulos en la actualidad), con enorme solvencia. De hecho, en esa temporada que estaba arrancando volvieron a proclamarse campeones en su país y llegaron a los cuartos de final en la Champions League.

Aquella sofocante tarde de agosto de 1998 el Real Betis y Olympiacos se enfrentaron por primera vez en su historia. Con unos cuatro mil espectadores en las tribunas y con arbitraje del colegiado sevillano Ramírez Martos. Las alineaciones fueron las siguientes:

Real Betis: Prats; Merino, Solozábal, Olías, Luís Fernández; Márquez (Finidi, m.52), Cañas (Alexis, m, 62), Nadj (Josete, m.26), Fernando; Iván Pérez y Oli.

Olympiacos: Tohoupaglou; Mavrogenidis, Karataidis, Amanatidis, Poursanidis; Georgipoulos (Alexandris, m. 76), Giannakopoulos (Sfakianakis, m.63), Niniadis, Aboagye; Karapialis y Gogic (Poursanidis, m. 63).

El Real Betis vestía de verdiblanco (la noche anterior contra el Recreativo había estrenado una camiseta negra que no había pasado indiferente) y Olivera no tocó mucho el equipo. Sólo Cuéllar y Alfonso estuvieron ausentes. El portugués insistía en los hombres y en el modelo con el propósito de ir afianzando su sistema.

Cuando aún no se había cumplido el primer minuto marcaron los griegos. Las cosas se ponían cuesta arriba, pero el Betis devolvió el golpe enseguida. A los 19 minutos, un medido centro de Luis Fernández lo cabeceó Iván Pérez. En la segunda parte, un autogol heleno puso en el marcador el 2-1 y a falta de veinte minutos para el final Iván Pérez, también de cabeza y a pase de Luis Fernández, repitió para el 3-1. Sólo en el último minuto recortó Olympiacos. Total, 3-2.

Dijeron las crónicas que el Betis le ganó a un buen equipo, pero que no convenció. Y era la verdad. Las cosas no andaban bien ni en el vestuario ni en los despachos y ello provocó que los líos llegaran de inmediato. Una semana después, Antonio Oliveira decidió irse. La segunda dimisión del verano. El segundo entrenador que no empezaría la temporada.

Lo sucedió Cantatore, que también acabaría yéndose poco después, y el equipo se lo dieron entonces al polémico Javier Clemente, que al menos aguantó hasta final de temporada, aunque su salida fuera asimismo traumática y controvertida.

Pero, en fin, esta es historia pasada que llevaría a otros análisis. Hoy hablamos de ese primer Real Betis-Olympiacos que recoge la historia. Un duelo menor que ganaron los verdiblancos y que alcanza importancia por su carácter pionero.

Cuatro años más tarde volvieron a verse las caras ambos contendientes, esta vez en tierras griegas. Concretamente, en el estadio Akratitos de Atenas. También en agosto y en un partido de verano. Con poco público. Ganó Olympiakos por 4-1 y Joao Tomás hizo el gol verdiblanco. En el banquillo bético se sentaba Víctor Fernández y la alineación de salida fue la siguiente: Gaspercic; Tais, Juanito, Belenguer, Mingo; Cañas, Capi, Gudjonsson, Arzu; Casas y Joao Tomás. También jugaron Rivas, César, Varela, Assunçao, Calado e Ito, quien, por cierto, fue expulsado en el minuto 88.

Ahora llega el primer enfrentamiento oficial contra el equipo más popular de Grecia. Un hermoso duelo en la Europa League. El primer día de un sueño.